domingo, 1 de enero de 2012

Philip Pirrip

Sin saber cómo, todos nosotros desechamos la mayor parte de las cosas, personas y ambientes que nos habrían hecho enteramente dichosos, y corremos en pos de aquellos que nos alejarán de nuestra dicha.

Ésa es la tragedia de la vida. Cuando queremos darnos cuenta, estamos tan alejados de todos que ya es tarde para intentarlo de nuevo.

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