jueves, 23 de junio de 2011

Un mendigo

En la calle acercósele un mendigo, diciéndole: «¡Una limosna, por Dios, señorito, que tengo siete hijos!» «¡No haberlos hecho!», le contestó malhumorado Augusto. «Ya quisiera yo haberle visto a usted en mi caso -replicó el mendigo, añadiendo-: Y ¿qué quiere usted que hagamos los pobres, si no hacemos hijos... para los ricos?» «Tienes razón -replicó Augusto-, y por filósofo, ¡ahí va, toma!» y le dio una peseta, que el buen hombre se fue al punto a gastar en la taberna más próxima.

Niebla (1914), Miguel de Unamuno.

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